A través del curso de los milenios, todas las filosofías espirituales han enseñado la existencia
y la necesidad del Logos.
Y la clave para la comprensión de este concepto se encuentra en la palabra “Logos”, que es una palabra griega que equivale a “Lenguaje”, “Palabra”, “Verbo” y “Voz”.
Y la clave para la comprensión de este concepto se encuentra en la palabra “Logos”, que es una palabra griega que equivale a “Lenguaje”, “Palabra”, “Verbo” y “Voz”.
ORACIÓN
Tu Logos Solar, emanación ígnea,
Cristo en sustancia y en conciencia
vida potente por la que toda avanza,
ven hacia mí y penétrame, alúmbrame
báñame, traspásame y despierta en mí ser
todas esas sustancias inefables que tanto son
parten de ti, como de mi mismo.
Fuerza universal y cósmica, energía misteriosa,
yo te conjuro, ven hacia mí,
remedia mi aflicción, cúrame este mal
y apártame este sufrimiento
para que tenga armonía, paz y salud.
Te lo pido en tu sagrado nombre que los misterios
y la Iglesia Gnóstica y todas las agrupaciones de
desarrollo espiritual
en donde me han enseñado
para que hagas vibrar conmigo todos los misterios
de este plano y planos superiores
y que esas fuerzas reunidas logren
el milagro de mi curación.
Así sea.
Así sea.
Uno de los términos y conceptos más frecuentemente mencionados en las enseñanzas teosóficas es el término de “Logos”.
Y este término ha sido una fuente de confusión y equivocación para algunos estudiantes de la Filosofía Esotérica, y generalmente esto se ha debido a que ellos han sido influenciados por las ideas incorrectas de lo que sólo puede llamarse pseudo-esoterismo.
Ideas erróneas tales como la noción de que el Logos es una Entidad o algún tipo de rol alcanzado a través de un alto grado de iniciación.
Todas estas nociones son falsas, inmaduras y no filosóficas, y no tienen su origen en ninguna Sabiduría Eterna, sino en la imaginación y en la ignorancia de sus diversos exponentes.
En cambio, las enseñanzas de H.P. Blavatsky, William Judge y los mismos Maestros con respecto al Logos son bastante diferentes y están firmemente enraizadas en la antigua filosofía de la verdadera Sabiduría Eterna.
A lo largo de los milenios, toda filosofía espiritual (tanto oriental como occidental) han enseñado claramente la existencia y la necesidad del Logos.
Y la clave para la comprensión de este concepto se encuentra en la palabra “Logos”, que es una palabra griega que equivale a “Lenguaje”, “Palabra”, “Verbo” y “Voz”.
En realidad es un término platónico, aunque el concepto mismo precede a Platón por largas edades. Y la idea completa detrás del significado literal de la palabra “Logos” es que es la expresión manifestada del subjetivo, silencioso y siempre oculto Absoluto.
El Absoluto es el Principio Único Divino Eterno Infinito, la Realidad Suprema y Última, que está más allá de toda definición, descripción y comprensión. Es la Vida Una, el Elemento Uno, la Esencia y la Energía Inmutable, la cual es laExistencia Misma, y es impasible y no se ve afectada por nada, independientemente de si el Universo existe en ese momento o no. Es el verdadero Ser Divino o Ser Superior de todos, porque verdaderamente es la Realidad una y única.
El Infinito, para ser realmente infinito, no puede tener nada finito en Sí Mismo, o dejaría de ser el Infinito, ya que esa palabra literalmente significa “no finito de ninguna manera”. Y por lo tanto, es absoluto, lo cual –en terminología filosófica– significa: completamente diferente y no relacionado con lo relativo.
“Relativo” significa la totalidad de la existencia manifestada, pero al mismo tiempo es la fuente y el sustrato de toda la existencia manifestada.
Por lo tanto, la Teosofía enseña que el Infinito es siempre inmanifestado, inmanifestable, incondicionado, indiferenciado, y sin ningún atributo, característica, forma o personalidad de ningún tipo. Pensar o referirse a Ello como a un “Él” o una “Ella” es negar toda la filosofía teosófica.
Casi todo lo que se puede decir sobre ello es que es la Conciencia suprema, pura y absoluta. Y como es Conciencia absoluta, está inconmensurablemente más allá incluso del tipo de conciencia más elevado y más sublime que podamos concebir.
Para nuestras percepciones inevitablemente relativas, no puede sino parecer más bien como Inconsciencia perfecta, ya que no podemos comprenderla o entenderla de ninguna manera, más que simplemente saber que «ES».
Y de igual modo, siendo La Luz Absoluta, para nosotros no puede sino parecer más bien como Oscuridad perfecta, debido a Su naturaleza completamente insondable e infinita.
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