Santa Rita es patrona de:
víctimas de abusos, personas en soledad,
contra la esterilidad, enfermedades del cuerpo,
causas desesperadas y perdidas,
matrimonios con dificultades,
infertilidad, viudas, padres.
causas desesperadas y perdidas,
matrimonios con dificultades,
infertilidad, viudas, padres.
Se celebra el día 22 de Mayo.
La tradición de las Rosas de Santa Rita de Casia deben su origen al hecho de que Santa Rita, estando ya gravemente enferma en su convento de Casia y próxima a la muerte fue visitada por una pariente suya quien, al despedirse, juzgando que seria ya la última vez que habría de verla le preguntó si podía servirle en algo, a lo que Rita contestó: quiero que cuando llegues a Roca Porrena vayas al huerto de mi casa, cortes una rosa y me la traigas luego.
Como era el tiempo de invierno y en aquel año de 1457 se estaba distinguiendo por la intensidad de su crudeza, la mujer creyó que Rita deliraba ya por su enfermedad y juzgando un desatino el encargo de la enferma, regresó a la villa sin acordarse para nada de la rosa; pero pasando junto al huerto de la casa de Rita, bien haya sido por curiosidad o por impulso sobrenatural, entró en él y vio con asombro que de la rama de un rosal medio cubierto por la nieve, pendía una rosa fresca y lozana; loca de alegría, la corta retorna a Casia y entrega a Rita la rosa deseada, que se conservó largo tiempo fresca despidiendo un intenso perfume.
Este hecho originó el que las Religiosas Agustinas de Casia acostumbrasen cubrir con rosas la urna en que yace el cuerpo incorrupto de Santa Rita, especialmente el 22 de mayo, aniversario de su piadosa muerte. Estas rosas eran distribuidas todos los años entre los bienhechores y amigos de Convento, los cuales las conservaban como preciosas reliquias. El Señor, que se complace en honrar a sus santos y en glorificar a sus siervos, quiso que, mediante las rosas que habían adornado el sepulcro de Santa Rita se verificaran curaciones milagrosas. Con este motivo se extendió muy pronto por todas partes la noticia de las rosas de la Santa, como también los muchos y extraordinarios favores, alcanzados por el contacto de estas rosas.
BENDICIÓN DE LAS ROSAS
En la actualidad y desde hace mucho tiempo, se bendicen las rosas solemnemente el 22 de mayo, con las oraciones consignadas en el ritual de la Orden Agustiniana, distribuyéndolas entre los fieles devotos. Son innumerables las gracias y favores obtenidos por intercesión de Santa Rita mediante el uso o contacto de estas rosas benditas. Consta que en el proceso de canonización de la Santa se presentaron muchos enfermos curados, quienes declararon haber recobrado la salud con las rosas de Santa Rita.
FINALIDAD DE ESTA DEVOCIÓN
El Ritual Agustiniano dice que estas rosas se usan para recobrar la salud de las enfermedades y para recibir la ayuda de Dios en cualquier necesidad. Como todos los Sacramentales, tiene la eficacia de la oración de la Iglesia y la de la fe de los fieles que las emplean.
MODO DE USARLAS
Para conseguir de Santa Rita una gracia, en especial la curación de alguna enfermedad, prepárese un té con los pétalos de las rosas benditas y récese durante nueve días seguidos un Padre Nuestro con Ave María y Gloria, considerando los sufrimientos que padeció Santa Rita durante su vida, en especial los que soportó a través de los quince años que llevó la espina de la Cruz en su frente.
Y a continuación las siguientes preces:
Antífona: Nadie que espera en Dios
queda frustrado en sus esperanzas.
Nada hay imposible a la fe con la oración.
Creo, Señor, pero auxilia mi fe y enséñame a orar.
Versículo: Señalaste, Señor, a tu sierva Santa Rita.
Responso: Con el sello de tu caridad y pasión.
Creo, Señor, pero auxilia mi fe y enséñame a orar.
Versículo: Señalaste, Señor, a tu sierva Santa Rita.
Responso: Con el sello de tu caridad y pasión.
ORACIÓN
Dios y Señor nuestro,
Dios y Señor nuestro,
que a la bienaventurada Santa Rita
te dignaste dar tan abundante gracia
y que, por haberte imitado
en el amor a sus enemigos,
le concediste llevase
en su corazón y en su frente
las insignias de tu pasión;
te rogamos nos concedas
por su intercesión y por sus merecimientos,
amar a nuestros enemigos,
y con la espina de la compunción y del dolor
contemplar los dolores
de vuestra santísima Pasión:
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Amén.
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