Durante 1, 3, 7 o 9 días seguidos, según sea tu necesidad, antes de realizar tu baño diario, humedece tu piel y llénate de sal. Los sentimientos de tristeza, fracaso, depresión y amargura, entre otros, tienden a ser salados y son atraídos por la sal que colocarás en tu piel.
Cuando termines de llenar de sal todo tu cuerpo, frótala, como si estuvieras exfoliando tu piel. Notarás que pica, o que arde, o que sale grasosa... eso es normal, y te indica que todavía hay limpieza que realizar. Finalmente, enjuaga y realiza tu baño como acostumbras.
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