Santísima Madre inmaculada de la Luz
y las milagrosas Once Mil Vírgenes
dame tu amparo y protección
en este momento de desolación:
Yo __________
postrado delante del trono de vuestra clemencia,
y confuso por mis muchos y gravísimos pecados,
con todos los dolores de mi corazón,
todos los detesto, porque con ellos ofendí
a tu Santísimo Hijo, Dios y Señor mío
a quien amo sobre todas las cosas,
y estoy resuelto a morir
antes de volverle a ofender.
Tú, Señora mía, dígnate admitirme,
como el más ínfimo de tus esclavos,
y de tus amados hijos,
debajo del manto de tu Patrocinio,
y en el seno dulcísimo de tu maternal amor.
Porque yo, Señora mía y Madre benignísima,
todo me doy, entrego y dedico a ti,
por esclavo e hijo tuyo,
ahora y siempre y por toda la eternidad,
y te doy humildes gracias por los beneficios
que he recibido y por males y peligros
de que he sido librado por favor de tu misericordia
y de las Once Mil Vírgenes que te acompañan.
Te ruego que hagas, señora mía,
por el amor que tienes a tu Dulcísimo Hijo,
que todos mis pensamientos, palabras y obras,
todas mis adversidades y trabajos,
y toda mi vida y muerte,
sean siempre dirigidas
por los méritos e intercesión
según él beneplácito de Dios,
y su mayor Gloria,
y a tu honor y obsequio, y bien de mi alma.
Amén
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