lunes, 25 de marzo de 2019

ORACIÓN QUE REZABA LA BEATITA DE PÁTZCUARO PARA LAS EMBARAZADAS


La Beatita es considerada como intercesora ante Dios por dos causas principalmente: se le solicita ayuda para aquellas que quieren ser madres y no lo han logrado, o cuando la salud de la mujer peligra durante el embarazo. Para ello aún hoy se reza una oración atribuida a San Francisco de Sales que se vende en puestos de Pátzcuaro. También es conocida por las plegarias para los niños que están por nacer y cuya vida corre riesgo durante el alumbramiento y los niños no bautizados.

Oración que rezaba la beatita de Pátzcuaro 

Oración que podrán rezar
las mujeres que están embarazadas,
sacada del libro tercero de Las cartas espirituales
de san Francisco de Sales,
la cual rezaba la beatita de Pátzcuaro
siempre que asistía a alguna parturienta.
 
ORACIÓN
 

¡Oh, Dios eterno!
padre de infinita bondad
que ordenaste el matrimonio
para multiplicar los hombres en la tierra
y poblar la celestial ciudad de la gloria,
y principalmente destinaste
nuestro sexo a este oficio,
queriendo, también, que fuese
una de las principales señales
de nuestra bendición sobre nosotras.



Vedme aquí, postrada, delante
de la faz que adoro de vuestra majestad,
dándoos gracias por la concepción de la criatura
que a vos ha placido conceder
que esté dentro de mi vientre.

Mas Señor, pues, así os ha parecido,
extended los brazos de vuestra providencia
hasta la perfección de la obra que habéis comenzado.

Favoreced mi embarazo con vuestro complemento
y llevad conmigo, por vuestra continua asistencia,
la criatura que habéis producido en mí
hasta la hora de su salida al mundo.

Y, entonces, ¡oh, Dios de mi vida!,
sed en mi socorro,
y con vuestra santa mano levantad mi flaqueza
y recibid mi fruto hasta que,
como es vuestro por creación,
lo sea también por redención
cuando sea recibido el bautismo
y sea puesto en el seno de la Iglesia, vuestra esposa.

Amén.
 

Esta piadosa mujer fue muy popular entre los nativos purépechas ya que fundó un convento de religiosas dominicas en dicho lugar.

Fue un ejemplo de religiosa caritativa que prestaba ayuda a los necesitados, prestando especial atención a las mujeres que iban a dar a luz, por lo que ahora se la invoca para tener un desenlace feliz en estas circunstancias.

La Beatita de Pátzcuaro murió en esta ciudad tarasca a los 62 años, el 29 de marzo de 1750. Sus restos fueron enterrados en el convento de las dominicas de Santa Catalina y después trasladados a la basílica de Nuestra Señora de la Salud –que por un tiempo, en el siglo XVI, adquirió el título de catedral–, donde quedaron junto a las reliquias de don Vasco de Quiroga (1470-1565), primer obispo de Michoacán y quien mandara a construir dicho templo sobre un centro ceremonial indígena.

 

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