jueves, 21 de marzo de 2019

ORACIÓN PARA CORTAR TRABAJOS DE AMARRES Y MAGIAS NEGRAS


Antes de hacer esta oración, debes hacer un círculo con 7 velitas negras y en el centro pon en un platito una piedra de alumbre y sobre ella pon un papel con tu nombre, dos apellidos y fecha de nacimiento. Las velas según se vayan consumiendo irán eliminando la negatividad, hechizos o magias que haya en tu persona y la piedra de alumbre le irá dando luz y elevándote espiritualmente.

Una vez terminada la oración deja que se consuman las velas, y guarda en un sobre de papel blanco, o una bolsita de tela, la piedra de alumbre con el papel con tu nombre, y déjalo guardado para que te siga protegiendo. La piedra de alumbre es también un magnifico protector contra mal de ojo y envidias.
 

ORACIÓN
 
¡Oh Santísimo Dios Divino y Poderoso!
Dios Rey del Universo
que velas cada día por el bien de tus Hijos,
a quienes proteges y guardas de todo mal,
de todo acecho del maligno
y de todas las maldades e impiedades
por su propio egoísmo y envidia
el mismo ser humano
envía y lanza a sus propios hermanos
por medio de malas magias,
invocando y pactando con el maligno:
Escucha mí súplica, Oh Padre mío.



Con todas las fuerzas y poderes invoco
a las cortes de la justicia por el intermedio
de las siete luces que acabo de encender,
y que sean alumbrados todos los espíritus del mal
para que vayan a la redención,
y el que no quiera ser redimido vaya
a las profundidades del estanque del azufre
donde no rotará más en el espacio de la tierra,
no hará mas daño en mi casa, en mi cuerpo
y todas aquellas personas que me rodean.
 
Oh, Señor, Dueño de todo el Universo,
aparta de mi todo mal y daño,
sea enviado o lanzado:
 
Si he sido amarrado, desata mis nudos,
si he sido hechizado,
 limpia mi cuerpo y espíritu,
si he sido dominado,
devuélveme la libertad de decisión,
y si he sido contaminado
por magias negras,
por pactos diabólicos,
o por espíritus del bajo astral,
líbrame ¡oh, Señor!, de su presencia dañina,
y no permitas que mis enemigos
queden impugnes ante los daños realizados.
 
Bendice mi cuerpo, Padre mío,
bendice mi espíritu y devuélvele la luz.
 
Que quede protegido por tus santos ángeles,
y que mi ángel guardián vele por mí,
noche y día, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
 
Amén.

Señor todopoderoso
hágase tu santa voluntad y no la mía.

Deseada la paz,
aleluya, aleluya.

Se rezan tres padrenuestros.
 

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