viernes, 22 de febrero de 2019

ORACIÓN AL JUSTO JUEZ PARA MUJERES


La Santa compañía de Dios me acompañe,
 y el Manto de Santa María, su madre,
me cobije y de malos peligros me defienda,
Ave María gracia plena Dominas te cumpla,
me libre de todos espíritus,
bautizados y sin bautizar,
Cristo vence, Cristo reina,
Cristo de malos peligros me defienda,
y por el Señor y Justo Hijo  
de Santa María Virgen y Reina,
 aquel que nació en aquel solemne día,
no pueda yo ser muerto, ni me quieran mal.



Tengan mis enemigos ojos y no me vean,
manos no me toquen,
hierro y no me hieran,
nudos y no me aten.
 
Dios le dijo a Libón,
que con tres nueces no pudieran hacerme daño,
ni a ti ni a ninguna persona que las trajera consigo
y te defendiera aunque no lo digas,
amén Jesús, María y José,
Dóminus tecum berrumcarrum.

Santa María piadosa,
madre de nuestro Señor Jesucristo,
al Monte Tartario entraste,
la gran serpiente encontraste;
con cíngulos la ataste,
con hisopo de agua bendita la rociasteis,
y al mundo la sacaste.

Ablándale el corazón a mis enemigos,
que ojos tengan y no me vean,
pies y no me cojan,
manos y no me toquen,
hierro y no me hieran,
nudos y no me aten,
por las tres espadas de San Julián sean vencidos,
con la leche de la Virgen sean rociados,
en el Santo Sepulcro sean sepultados.
 
Amén, Jesús, María y José.
 
Rezar tres Padre Nuestros
a la muerte y pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
 
 
Esta es la oración de la Santa Camisa,
la del Hijo de Dios vivo,
la que me pongo en contra de mis enemigos
para que tengan ojos no me vean,
pies y no me alcancen,
manos y no me toquen,
hierro y no me hieran,
nudos y no me aten,
por las tres coronas del Patriarca San Abraham
aquí ofrezco una oración en unión de mi persona,
y que vengan mis enemigos tan mansos a mí,
como fue nuestro Señor Jesucristo
con el madero a la cruz.
 
San Idelfonso  bendito confesor
de nuestro Señor Jesucristo
bendice la hostia y el cáliz,
en el Altar Mayor,
bendice mi cama, mi cuerpo,
y mi casa y todo mi alrededor,
líbrame de brujos, hechiceros
y personas de malignas intenciones,
con tres te mido con tres te parto,
con la gracia de Dios y él Espíritu Santo.
 
Amén, Jesús, María y José.

(Esta es la verdadera y legítima oración del Justo Juez, habiendo sido bendecida en la Capilla del Templo
de nuestra Señora de la Caridad del cobre,
Santiago de Cuba, por el padre Gerardo).
 
 
 
 

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